El presidente y CEO de Mediapro, Tatxo Benet, en una comparecencia pública

El presidente y CEO de Mediapro, Tatxo Benet, en una comparecencia pública EUROPA PRESS

Examen a los protagonistas

Tatxo Benet

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El Órgano de Control de la Gestión de los Derechos Audiovisuales de LaLiga anunció ayer que concedía la producción de la Primera y Segunda división del fútbol nacional a dos empresas: Host Broadcasting Services (HBS) y Telefónica

Con ello, Grupo Mediapro ha perdido el encargo para, como mínimo, las próximas cinco temporadas. El conglomerado con sede en el número 177 de la avenida Diagonal de Barcelona se queda, pues, sin un buen pellizco de su facturación anual. 

Y esa noticia no es inocua. Supone un cuestionamiento de la estrategia del actual presidente y consejero delegado, Tatxo Benet, que tendrá que defender su gestión ante el accionista mayoritario, Southwind Media

Porque no es el primer revés y, sobre todo, porque es el más importante. El contrato de LaLiga aportaba una buena parte de los ingresos a la firma. Y Mediapro lo pierde pese a que Benet se ha rodeado de un asesor que, en su día, fundó la empresa con él: Gerard Romy

Ayer, el conglomerado emitió dos comunicados de prensa, uno muy virulento y otro más matizado. La respuesta pública a la decisión del órgano gestor del balompié nacional lo dice todo: el movimiento cae como un jarro de agua fría sobre la compañía y, sobre todo, sobre su puente de mando. 

No en vano, el accionista de referencia ya dejó claro que no temblará el pulso en 2023, cuando prescindió de Jaume Roures, el anterior socio gestor. Toda una declaración de intenciones sobre lo que podía pasar ahora.