José Elías, presidente de Audax

José Elías, presidente de Audax EFE

Examen a los protagonistas

José Elías

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Ha tenido que salir el vicepresidente de Montenegro para dar el aldabonazo de alerta sobre la venta de un parque eólico de Fersa, ahora Audax, en el país. El pequeño estado se está tomando en serio el asunto, como lo está haciendo Malta, donde una periodista que investigaba la desinversión fue asesinada. 

Mientras, en España, Audax guarda un riguroso silencio argumentando que la transacción es un asunto del pasado, y que la actual cúpula de la compañía no estaba en ese momento. Eso sí, hay directivos que la pilotaron que sí continúan en el timón de mando. Este medio ha tratado de hablar con ellos, en vano. 

El embrollo es de tal calado que sería momento para que el actual presidente de Audax, el empresario catalán José Elías, salga a la palestra y explique con pelos y señales la operación. El de Badalona, muy vocal en otros asuntos como el emprendimiento o la crianza de los hijos, ha enmudecido con este pulso. 

Mientras ello no ocurre, la situación se deteriora y supone un peso muerto para Montenegro, un país que aspira a romper con la esfera de Serbia e ingresar en la Unión Europea. Pero antes, debe poner en orden diversas carpetas. La del parque eólico es una de ellas. 

Audax está en una posición en la que callar ya cuesta más que hablar. Aunque sea para recordar que colaborará con la justicia montenegrina o la maltesa. Si no adopta un perfil comunicativo un poco más elevado --algo que su presidente sí muestra en otros asuntos--, otros hablarán por ella. Y, por lo pronto, todo un ministro ya avisa de que hay indicios de presunta "corrupción". Casi es nada.