Raul López (c), presidente de Monbus, saliendo de un juzgado
El grupo gallego de transporte Monbus volverá a ganar la explotación del servicio de bus que une Manresa y Barcelona, un corredor que traslada a unas 600.000 personas al año. Con ello, la transportista hará caso omiso de los dos expedientes que le abrió la propia Generalitat de Cataluña por mala prestación, y que derivaron en auditorías, y esquivará el rechazo del ayuntamiento a su presencia.
Toda la corporación en pleno de Manresa, todos los partidos, votaron a favor de la toma pública del bus a Barcelona, al constituir una conexión esencial y alternativa a Rodalies y a la línea de FGC. Marc Aloy, alcalde de ERC en la capital comarcal, llegó a calificar de "nefasta" la calidad del enlace, ya que éste "acumula múltiples quejas por mal servicio e incidencias de todo tipo".
Pese a esa oposición local, y pese a las dudas de la Administración autonómica, Monbus retendrá la contrata al vencer a Sagalés y Alsa. Eso sí, lo hará durante sólo cuatro años, algo que dará esperanza a los vecinos de que la empresa acabará perdiendo la externalización.
Y es que la firma no tendrá incentivos a hacer fuertes inversiones en la línea si permanece en ella sólo cuatro años. Además, si pudiera haber hecho estas mejoras, ya estarían implementadas.
Monbus, además, tiene un currículum delicado, ya que el otro servicio estrella desde el corazón de Cataluña, el de Igualada, también es diana de las críticas por, creen algunos usuarios, la pésima calidad del servicio.
