Carles Puigdemont, durante su breve aparición en Barcelona
Carles Puigdemont insiste en sus soflamas nacionalpopulistas en plenas fechas navideñas. El líder de Junts aprovechó el día de Nochebuena para recrearse en sus críticas al presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y del Gobierno, Pedro Sánchez, a los cuales lanzó dos advertencias: que el procés no se ha acabado y que la continuidad del segundo en el poder continúa dependiendo de él.
Puigdemont expresó, de nuevo, su desdén hacia las continuas prebendas y muestras de acercamiento del PSC y PSOE a los dirigentes secesionistas. La última de ellas, la intención de Sánchez de verse en persona con el prófugo de la justicia, por el cual llegó a impulsar y aprobar la ley de amnistía del procés en 2023.
Pero al exmandatario convergente no le basta con ello. Y no pierde ocasión de mostrar su indignación por el hecho de que la justicia no le haya exonerado de la malversación cometida en el golpe de Cataluña de 2017. Algo que, a tenor de sus palabras, parece haber agravado su resentimiento.
En su vídeo de Nochebuena difundido en X, Puigdemont volvió a exhibir su cara más desafiante y victimista, con un discurso ultranacionalista trufado de falsedades y muestras de desprecio. Y que brilló, como de costumbre, por su absoluta falta de arrepentimiento ni autocrítica.
Así, el presidente de Junts advirtió de que no continuará apoyando al Gobierno "mientras persista" la "estrategia" que, según él, "pretende hundir" a Cataluña "en una decadencia social, económica, lingüística y nacional". Y es que, a su modo de ver, tanto Sánchez como Illa "han creído que los apoyos recibidos les daban un cheque en blanco" para intentar lo que considera un engaño.
Puigdemont es consciente de que la continuidad del Gobierno de PSOE y Sumar está en manos de Junts. Y, sabedor de la disposición de Sánchez y su partido a ceder a todas sus exigencias, está dispuesto a aprovechar y exprimir esta situación hasta el final.
