La venta del parque eólico Mozura Wind Park de Fersa --ahora Audax-- a Cifidex, y de esta sociedad a Enemalta fue anómala. Lo detalla la auditoría interna de la energética maltesa, que vio la luz en 2021 gracias a la titánica labor de la Fundación Daphne Caruana Galizia.
Además de anómala, falta también saber si hubo irregularidades de otra índole sobre las que cupoera tipificación penal. Ello será labor de la Fiscalía, que ha iniciado diligencias preprocesales, y de los tribunales.
Más allá del resultado, el caso Montenegro se ha tornado un quebradero de cabeza para la cotizada de José Elías. Nueve años después, están aflorando paulatinamente los hechos, y algunas de estas revelaciones están siendo dolorosas.
Por ello, se impondría un papel más proactivo de Audax a la hora de explicar qué sabe de Mozura y qué hará para que las distintas jurisdicciones de distintos países lo aclaren. Si el equipo de Elías lo hiciera, su compañía saldría beneficiada.
Pero por el momento, la postura es otra. La firma opta por un discreto silencio con la prensa mientras rechaza irregularidad alguna en los tribunales. Es una estrategia absolutamente legítima, pero que puede generar costes reputacionales para la empresa de Badalona.
Máxime si se entiende que el propio Elías no quiere coger el toro por los cuernos y explicar quién, qué, cómo y por qué. Y a qué coste. Porque si calara esa sensación, se podría ver comprometida su faceta de influencer del emprendimiento.
El directivo de Badalona tiene en su mano liquidar el asunto de una vez por todas. Es hora de que se pregunte qué costes y beneficios tiene no hacerlo.