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El Gobierno de PSOE y Sumar ha vuelto a ceder a la enésima exigencia de sus socios parlamentarios secesionistas. Esta vez, en su polémico abordaje de los órganos de RTVE, donde además de proponer a personas afines a los postulados socialistas en su lista de 11 candidatos a consejeros del ente, ha hecho lo mismo con otros de la órbita de ERC y Junts. Tal es el caso de Sergi Sol y Miquel Calçada Mikimoto, respectivamente.
Al igual que en otras instituciones, donde el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha situado al frente a personas afines a su ideario sin disimulo ni recato alguno, la televisión y la radio pública tampoco han sido esta vez una excepción. Y de ello se han beneficiado, también, sus aliados secesionistas, a pesar de su más que sabido anhelo de separar Cataluña del resto del país. Algo que muy difícilmente puede contribuir al bien común.
Sol es conocido por su tarea de responsable de Comunicación de Oriol Junqueras durante su etapa de vicepresidente del Govern de Carles Puigdemont. Su falta de ecuanimidad debería ser suficiente para descartarle para un cargo de esa responsabilidad y características.
Eso mismo se da, y de forma aún más grave, en el caso de Mikimoto, cuyo salto a la fama se produjo a finales de la década de los 80 y en los 90 como presentador estrella de varios programas de TV3.
Cercano al pujolismo y a la antigua CiU -de cuyas listas electorales llegó a formar parte, al igual que con Junts en 2015-, Mikimoto se ha caracterizado a lo largo de su trayectoria por su claro partidismo en este sentido, con frecuencia rayano en el sectarismo.
Sin embargo, para el Gobierno de Pedro Sánchez, esto tampoco ha sido obstáculo en su enésima cesión a los nacionalistas, a los que ahora abre de par en par las puertas del control de RTVE.