El conseller de Presidencia de la Generalitat, Albert Dalmau, en rueda de prensa EUROPA PRESS
Albert Dalmau
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El nuevo Govern catalán se ha marcado entre sus objetivos sacar adelante "una norma con rango de ley" para acabar con la cita previa obligatoria en los servicios públicos de la autonomía.
Así lo anunció ayer el nuevo conseller de Presidencia de la Generalitat, Albert Dalmau, quien lamentó que la atención pública con reserva previa forzosa en la Administración se haya convertido en un hábito incluso una vez ya superada la pandemia.
Dalmau sabe bien como funcionan las instituciones públicas, pues antes de ser conseller fue gerente del Ayuntamiento de Barcelona, igual que lo fue su padre. Pese a su juventud --el gerente más joven en la historia de la ciudad--, Dalmau mostró sus capacidades hasta labrarse la fama de ser el CEO del consistorio. Salvador Illa vio su potencial, y se lo robó a Collboni para colocarlo en lo más alto del organigrama de su Ejecutivo.
Esa experiencia en el Ayuntamiento avala a Dalmau para agilizar la administración catalana que, para muchos que la conocen por dentro, lleva años en un estado de letargo.
Eliminar trabas burocráticas y facilitarle las cosas a la ciudadanía es un objetivo necesario. Y ambicioso, pues la Generalitat tiene mucho que mejorar en este sentido. Fijarse en el consistorio barcelonés, más eficiente por lo general en el plano administrativo, sería, de hecho, un buen punto de partida.
