Núria Parlon
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Hace pocos días, Salvador Illa protagonizó un intercambio dialéctico con el líder de Vox en el Parlament, Ignacio Garriga, acerca de la seguridad en Cataluña. “Con nuestras políticas queremos desmontar punto por punto determinados discursos”, espetó el presidente de la Generalitat en relación a las ideas difundidas por la extrema derecha.
Para poner en práctica las adecuadas políticas públicas en materia de seguridad Illa cuenta con Núria Parlon, la nueva consellera de Interior de la que se espera un gran cambio en una cartera de alta complejidad. Parlon tiene en su curriculum vitae el haber controlado la delincuencia en Santa Coloma de Gramanet, donde ha sido alcaldesa desde 2011 hasta el verano de este año. El trabajo de Parlon en Santa Coloma en el campo de la seguridad ha servido de modelo para otros municipios del área metropolitana que padecen altas tasas de criminalidad.
Esos éxitos la han elevado hasta la conselleria de Interior, donde ha arrancado con buen pie. El ambiente en el cuerpo de Mossos d'Esquadra --con la moral baja tras años de una nefasta gestión política-- es de optimismo tras el fichaje de la colomense.
Este martes se ha estrenado en el Parlament con un plan específico para combatir el uso de armas blancas en Cataluña, un fenómeno en auge preocupante. Hasta ahora, poco se ha hecho para combatir lo que el concejal de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, definió hace meses como la "cultura de la navaja". El simple hecho de que Parlon debute con un plan para combatir esta lacra ya es un buen indicador de los cambios que pueden producirse en Interior.
Si a ello se le suma que la consellera ha realizado un discurso realista, sin tratar de esconder los datos que revelan que tenemos un problema de inseguridad en Cataluña, el cambio es muy positivo respecto a lo visto hasta la fecha por sus antecesores.
La nueva responsable de Interior no lo tendrá nada fácil. Desde Crónica Global seguiremos con atención todas las medidas que ponga en marcha y su efectividad en términos estadísticos y de percepción de la seguridad pública por parte de los catalanes.