Francesc Xavier Vila
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Salvador Illa empieza a pagar el alto precio de su pacto con ERC a cambio de ser investido nuevo presidente de la Generalitat. El líder del PSC ya ha cumplido una de las principales exigencias de los secesionistas para tener lo que no dudan en definir como "las llaves de la nación". Se trata de la Consejería de Política Lingüística, dedicada a promocionar e imponer el catalán, y al frente de la cual ha situado a un hombre de la máxima confianza de los republicanos para tal cometido: Francesc Xavier Vila, que hasta ahora ya se ocupaba de esa área como secretario general durante el mandato de Pere Aragonès.
El nombramiento de Vila es una mala noticia para los defensores del bilingüismo, y entra en clara contradicción con los discursos de Illa de los últimos días. Difícilmente se puede "unir y servir", ni respetar la pluralidad de la sociedad catalana, excluyendo -y ya veremos si también penalizando, como ocurre con las tristemente célebres multas lingüísticas- la lengua mayoritaria de la ciudadanía: el castellano, cooficial para más señas.
El nombramiento de Vila, y la creación de tal consejería, apunta en el sentido contrario al respeto al bilingüismo que debería imperar en una sociedad tan plural como la catalana. Pero los precedentes no hacen augurar nada bueno. No en vano, el PSC de Illa ya votó la pasada legislatura a favor de la ley aprobada en el Parlament, junto a los partidos secesionistas y los Comuns, para burlar la sentencia que insta a impartir al menos un 25% de clases en castellano en el sistema educativo de la Generalitat. Por increíble que parezca, la inmersión monolingüe obligatoria en catalán se mantiene inalterable. Y, a tenor de lo visto, nada indica que con el Govern de Illa vaya a cambiar.