Artur Mas
Artur Mas sigue empeñado en su idea que nadie compra. El expresidente de la Generalitat ha vuelto a proponer este fin de semana una lista electoral conjunta que una a ERC y Junts en una suerte de Junts pel Sí en caso de nuevas elecciones; ya lo hizo hace varias semanas, y parece que seguirá con la misma canción mientras duren las negociaciones de los republicanos con los socialistas.
Tras iniciarse las conversaciones para investir al candidato del PSC, Salvador Illa, el organizador de la consulta del 9N sigue remando contra la elección del ganador de las elecciones como presidente de la Generalitat. Es decir, sigue remando a favor de la repetición electoral, que es sabido por todos que tampoco supondría diferencia, por mucho que el expresidente recuerde los 62 diputados que consiguieron Puigdemont y Junqueras en la legislatura del referéndum frente a los 42 que tienen los socialistas actualmente.
Con rupturas de gobierno, desplantes a la justicia y huidas hacia adelante constantes, los independentistas son los responsables de la desmovilización de su electorado, que no recuperarán con una simple coalición precisamente por el descrédito del que son merecedores, por mucho que apelen a sueños de grandeza. Las negociaciones ya en curso del independentismo con el PSC son la muestra del cambio de pantalla de la política catalana, aunque algunos se nieguen a reconocerlo.