Jaume Padrós
El Colegio de Médicos de Barcelona (COMB) ha entrado en la precampaña de las elecciones autonómicas catalanas con un completo informe sobre la profesión facultativa y la lengua catalana. Estudio que, casualidad o no, coincide con una de las iniciativas estrella del Departamento de Salud de la Generalitat, que ha lanzado una ambiciosa campaña para ampliar el uso del idioma en este estamento profesional.
Por bien que loable, la iniciativa del COMB llega demasiado marcada por el compás preelectoral. Salud está en manos de ERC y la institución colegial, demasiado escorada hacia el espacio político de Junts, antes CiU.
En lugar de hacer un dictamen honesto sobre la necesidad de médicos en Cataluña, con propuestas de trabajo sobre la fuga de médicos permanente que sufre el sistema, el Colegio se suma a la batalla lingüística en la sanidad. Eso sí, contraprogramando a la conselleria con un discurso muy diferente que sí, es partidista, pero también está en línea con los médicos más críticos con la batalla lingüística.