Joan Delort
Bomberos de la Generalitat vive un incendio en su región de Lleida. La cúpula del cuerpo, dirigido por Joan Delort de la mano de la conselleria de Interior del republicano Joan Ignasi Elena (ERC), ha decidido cerrar la persiana de una de las dos sedes del GRAF (Grupo de Actuaciones Forestales) bajo una estrategia de "unificación" que se aleja de lo que realmente acontece.
El movimiento ha provocado la oposición de administraciones locales y de los propios bomberos, que amenazaron con renunciar en bloque al traslado a Tremp, la base que se mantiene. La respuesta la conocieron el 20 de diciembre, cuando se les comunicó que no contaban con ellos y que volvieran a sus parques de origen. Como resultado, seis especialistas menos que combatan los incendios producidos en la provincia más extensa de Cataluña: desde Vielha en los Pirineos, hasta Les Garrigues en la frontera tarraconense.
Nadie compra el discurso de Delort y su equipo, que intenta camuflar esta pérdida de efectivos y de talento hablando de una "mejora" a todos los niveles: el logístico, de operatividad, de infraestructuras, robustez, cohesión... Falta por ver si el cuerpo se pone las pilas y no sólo renueva materiales obsoletos y parques antiguos, sino también suple estas bajas del GRAF, mientras los sindicatos se temen que "lo de Lleida es la punta del iceberg". De hecho, la conselleria de Interior planea cerrar próximamente las sedes de Rubí en Barcelona y de Reus en Tarragona.