Ignacio Martín Blanco es una de las voces que, desde el PP, han planteado la posibilidad de que los populares se abstengan en la sesión de investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno para evitar que el PSOE ceda a los chantajes de ERC y Junts per Catalunya. Una idea que ya ha sido descartada por la dirección general de su partido, y que demuestra cierta ingenuidad por su parte. Y es que, al margen de esa desautorización interna, ¿qué garantías hay de que esa abstención desligue a Sánchez de sus habituales aliados secesionistas? Teniendo en cuenta que el candidato socialista se presentó a las elecciones descartando conceder la amnistía del procés -algo que, pasados los comicios, sí parece dispuesto a hacer- y, en las anteriores, hizo lo mismo con los indultos, no parece que su palabra sea muy fiable.

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