A falta de argumentos sólidos para defender una amnistía para los mandatarios del procés secesionista, algunos de los representantes de las formaciones del llamado "Gobierno progresista" han decidido poner toda la carne en el asador recurriendo al menosprecio y la descalificación de sus oponentes. Es el caso de la portavoz adjunta de Sumar en el Congreso, Aina Vidal, quien ha llegado a calificar como "la España envuelta en su caspa" a quienes han expresado su rechazo a tal prebenda.
Haría bien la dirigente de En Comú Podem de medir bien sus palabras y, en adelante, mostrarse más respetuosa con todos aquellos que no piensan como ella. Entre ellos, sin duda, un buen número de personas de izquierdas que consideran un privilegio inadmisible que unos políticos condenados por graves delitos salgan impunes de sus acciones, rompiéndose con ello principios tan elementales en una democracia como la separación de poderes o la igualdad de la ciudadanía ante la ley. Por no hablar ya del feo detalle de Vidal de denominar "bloque democrático" al compuesto por su partido y sus socios y aliados; una dialéctica también hiriente, displicente y algo arrogante por su parte.