La regidora de Seguridad en el Ayuntamiento de Roses, Olga Simarro (PSC), se ha convertido esta semana en la nueva víctima de los hooligans independentistas. Las redes sociales la han acosado por unas declaraciones en TV3 en las que anuncia más contundencia contra el top manta en el paseo marítimo de la ciudad donde gobierna su partido gracias a un acuerdo con Junts tras las elecciones municipales del 28 de mayo.
Pero las críticas no las ha recibido por querer solucionar un problema que vienen arrastrando los vecinos y comerciantes desde hace tiempo, sino por pronunciarse en castellano, la lengua mayoritaria de Cataluña. Algo que, para algunos, es intolerable en la televisión pública.