Juan Ramón Pérez Sancho
Eulen compró el recinto de emergencias de Can Padró y lo alquiló. Aquella operación salió mal, y el gestor acabó en concurso de acreedores.
Ahora, al tratar de vender la instalación, el conglomerado de la familia Álvarez tampoco tiene suerte. Se trata de una inversión ruinosa y con máculas en la reputación que, salvo que aparezcan interesados, acabará cargando el inmovilizado del grupo.