Conviene recordarle a Clara Ponsatí sus reiteradas declaraciones sobre la posibilidad de que haya muertos en el proceso hacia la independencia de Cataluña. Una reflexión incoherente con su plante al juez Pablo Llarena, que ayer debía tomarle declaración. A la fugada, que se pasea por Barcelona cuando le da la gana, se le imputa un delito de desobediencia. Es poco probable que sea encarcelada, pero ella prefiere el postureo, está claro. ¿Valiente? Para nada.