Mariangela Marseglia
Poco después de anunciar el cierre de un centro logístico en Martorelles (Barcelona), Amazon vuelve a achicar su estructura en Cataluña. Esta vez le ha tocado a una planta de Constantí (Tarragona). La clausura de la instalación echará a la calle a 150 trabajadores subcontratados.
Tras el boom de la pandemia, el gigante estadounidense se enfrenta a la caída del comercio electrónico pasando la tijera. Sería mejor que dimensionara sus necesidades de una vez para tranquilizar a la plantilla y enviar un mensaje más responsable a la sociedad.