La enmienda a la totalidad de Junts per Catalunya (JxCat) a los presupuestos de la Generalitat de 2023 denota hasta qué punto el partido antepone sus intereses electoralistas al bien común. Las cuentas pactadas entre ERC y PSC podrían haber sido perfectamente asumidas por los neoconvergentes, especialmente en lo que respecta a las infraestructuras. Pero la formación liderada por Albert Batet en el Parlament ha preferido dejarse llevar por sus eternas trifulcas con los republicanos. El resultado es más irrelevancia, menos capacidad de decisión.