Sigue el aluvión de críticas hacia el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, por la destitución fulminante del comisario jefe de los Mossos d'Esquadra, Josep Maria Estela, evidenciando una nueva crisis en la cúpula del cuerpo autonómico. La decisión del polémico cese del hasta ahora número uno policial llega tan solo 10 meses después de su nombramiento y en un momento especialmente delicado para el Govern, debilitado por la reciente salida de Junts. Los motivos, según Elena, se deben a la falta de entendimiento sobre el ritmo de feminización del cuerpo y sobre el modelo de dirección. "Entiendo que haya diversas posturas, pero el conseller soy yo", han sido las polémicas palabras elegidas para justificar la salida de Estela. Para más inri, Elena ha elegido al comisario Eduard Sallent para relevar a Estela en el cargo, sobre el que pesan gravísimas acusaciones de injerencias en investigaciones sobre corrupción. Sin embargo, el conseller ha hecho oídos sordos y se niega, por el momento, a investigarlo.