Laura Vilagrà
No es fácil sucumbir a las presiones de una parte del independentismo y por eso hay que valorar positivamente que la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, defienda la vía del diálogo tras reunirse con el ministro de Presidencia, Félix Bolaños.
Pero si, acto seguido, se embarca en una serie de bolos mediáticos durante todo el fin de semana para exigir al Gobierno reformar las leyes al gusto de los dirigentes de la Generalitat, o advertirle de que "no le daremos cheques en blanco", quizá es que ERC todavía es esclava de sus propios miedos.