Teresa Pallarès
Una de las máximas de la política actual es culpar al otro de cualquier error en la gestión de una materia. En el caso de Cataluña, los dirigentes independentistas acostumbran a mirar hacia Madrid con cualquier excusa, con tal de escurrir el bulto y generar un clima de crispación que les favorezca. Y eso mismo es lo que ha hecho Teresa Pallarès, la delegada del Govern en Tarragona, tras el choque de trenes en Vila-seca. Lejos de asumir responsabilidades, de reconocer que el convoy de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) siniestrado tuvo un fallo de frenos después de pasar un mantenimiento a cargo de una empresa participada por la Generalitat, o incluso de callar, ha optado por culpar al Estado por la falta de inversiones en infraestructuras, algo que, como se ha demostrado, no es exacto. Pero los números siempre dan la razón a quien los presenta...