Pilar Carracelas, influencer del odio hacia todo aquel que no comparte su ideario independentista, ha dado una vuelta de tuerca a su radicalidad y ahora se dedica a insultar a un enfermo de ELA. No se le puede llevar la contraria a esta tertuliana de TV3, otrora comentarista --en castellano, ese idioma del que abomina-- de las tribulaciones de Jesulín de Ubrique en La Sexta, pues la iracunda tertuliana no entiende de pluralidad y diálogo. Ella se mueve bien en el improperio, porque es ordinaria y chabacana.
TV3 la contrata cada temporada, y ahí está el problema, que una televisión pública debería hacer cumplir sus propias normas y no permitir que sus colaboradores sean más conocidos por sus ofensas que por sus méritos... si es que los tienen. Esperemos que la nueva dirección de la cadena catalana lo tenga en cuenta.