Albert Piñeira
La degradación de la ciudad de Puigcerdà ha alcanzado niveles inauditos. Los vecinos se quejan de la decadencia en la que se encuentra la capital de La Cerdanya, y fijan su mirada en el alcalde, Albert Piñeira (JxCat).
Pavimento levantado, grafitis, suciedad, contenedores destrozados, desperfectos en el mobiliario urbano, fuga de aguas fecales, muros derruidos... son algunas de las quejas de los habitantes de una de las localidades más pijas del Pirineo catalán. También hay protestas por la falta de efectivos policiales para hacer frente al vandalismo creciente. Más vale que el consistorio se ponga las pilas antes de que la mala imagen afecte al turismo, una de las principales fuentes de riqueza de la población.