Ada Colau
El Ayuntamiento de Barcelona denegó hace dos meses un permiso a la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB) para celebrar un acto en el centro de la ciudad con excusas peregrinas. Curiosamente, se trataba de la misma zona --Arc de Triomf/Ciutadella-- en la que sí autorizó semanas después una manifestación de Som Escola a favor de la inmersión y en contra de las sentencias que ordenan reintroducir el bilingüismo en las escuelas catalanas.
El doble rasero con el que el consistorio presidido por Ada Colau trata a defensores y detractores del bilingüismo es intolerable. Es lamentable que la alcaldesa, que presume de tener dos lenguas propias --castellano y catalán--, facilite las cosas a quienes quieren mantener la exclusión de una de ellas en la educación y le haga la vida imposible a los que tratan de que tengan una presencia equilibrada y razonable en las escuelas. Colau se equivoca de nuevo al posicionarse junto a los radicales, como hizo cuando instó a los que reclamaban una educación bilingüe a buscarse la vida en la escuela privada.