El Mobile World Congress (MWC) ha pulsado el botón de la recuperación en Barcelona. La apuesta de John Hoffman, director de la GSMA, por mantener el congreso de móviles pese a la espantada de las grandes tecnológicas y la incertidumbre del coronavirus ha inyectado una dosis de optimismo en la economía.
Pese a que la asistencia de público haya sido mucho más reducida que en otras ediciones, la feria ha contribuido a la recuperación del pulso de la ciudad tras lo peor de la pandemia. Además, ha trasladado una imagen de fortaleza necesaria para que la capital siga hospedando el congreso en el futuro. Pero antes, Hoffman ha emplazado a los visitantes a regresar a la ciudad en febrero de 2022, cuando el MWC pueda celebrarse a pleno gas tras el Covid-19.