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El ya exalcalde de Manlleu, Álex Garrido (ERC), ha dado un pésimo ejemplo a la ciudadanía, que se contuvo y comportó durante la primera ola de la pandemia del coronavirus, la nueva normalidad y los rebrotes.
Como primer edil protagonizó un altercado en un bar de costa con alguna copa de más pese a las restricciones sanitarias, algo que le daña a él, a su partido y, por extensión, a toda la clase política. Al menos, ha tenido la dignidad de dimitir de su cargo.