Juan José González Rivas
La reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional (TC) promovida por el Gobierno del PP en 2015 dejó en manos del alto tribunal la posibilidad de suspender a los políticos que le desobedecieran. Es cierto que, con esta medida --discutida por algunos juristas--, Rajoy quiso ponerse de perfil y pasar al TC la patata caliente del desafío independentista. Pero también lo es que una actuación a tiempo del tribunal presidido por Juan José González Rivas podría haber evitado males mayores, como el juicio del procés y el encarcelamiento preventivo de los presos secesionistas.