El extesorero de CDC, Daniel Osàcar, ha parado los golpes dirigidos contra la corrupción existente en su partido, demostrando lealtad hacia los líderes del partido. Aunque la sentencia no es firme todavía, Osàcar ha sido condenado a cuatro años de cárcel, mientras que Convergència deberá devolver los 6,6 millones de euros que cobró en comisiones a través del Palau de la Música.

De momento, Artur Mas se va de rositas, mientras que Carles Puigdemont enmudece, a pesar de que la oposición les consideran responsables políticos.