Silvia Orriols Ripoll
Pájara de Orriols en su primer cuerpo a cuerpo con el resto de partidos tras la demoledora encuesta de La Vanguardia, que tan buenos resultados le vaticinaba el pasado domingo.
La expectación de este debate organizado por RTVE y moderado por Lluís Falgàs estaba puesta en la líder de Aliança Catalana. Y su protagonismo en el auditorio del Parlament no fue el esperado, con un discurso repetitivo y el mismo cordón sanitario de siempre.
La inmigración fue uno de los temas, pero ninguna de las fuerzas de izquierdas --y no tan de izquierdas-- quisieron entrar al trapo.
Cada uno vendió su discurso y, salvo Ester Capella (ERC), que insinuó que el discurso de Orriols era equiparable al de los nazis, no hubo ningún cambio aparente respecto al vacío que normalmente sufre en el Parlament, con el hándicap de que tampoco fue su mejor día, y los clips que suele utilizar en redes sociales deberán esperar al Debate de Política General, que se celebrará en dos semanas.
Orriols tiene la presión de justificar el hype de los sondeos, que sitúan a los ultraderechistas como cuarta fuerza política, a un paso de doblegar a Junts y ERC. Y ayer no cumplió las expectativas.