Salvador Illa en Guissona
El presidente de la Generalitat no se arruga. Cuando detecta un problema, se pone a trabajar en él y destina todos los recursos posibles. Lo hizo con la sequía, lo está haciendo con la vivienda y la seguridad y ahora ha dado un paso al frente en la gestión de los incendios.
Salvador Illa ha llamado en esta ocasión a la UME, la Unidad Militar de Emergencias del Ejército español, una decisión tomada con el objetivo de luchar contra el devastador incendio de Paüls. No ha titubeado. Ha visto un problema y ha encontrado la manera de solucionarlo. Sin complejos.
No hicieron lo mismo sus antecesores independentistas, incapaces de ver más allá de su sentimiento nacionalista. Aquellos pusieron todos los palos en las ruedas del Ejército que pudieron. La UME siempre fue la última llamada. Sin embargo, el nuevo Govern está normalizando también este asunto.
Son pasos cortos, pero muy significativos. Antes de llamar al Ejército, Illa restituyó la bandera española en cada lugar público, asistió al desfile del 12-O y atendió al Rey cuando este tuvo la ocasión de visitar Cataluña. El primer paso para gobernar es respetar la institución que se preside.