Ayuso critica una pregunta porque no le gusta
Preguntar es casi un delito, si la pregunta se la diriges a la “intocable” Isabel Díaz Ayuso. Si además la ofendes, los voceros de la presidenta madrileña se tiran al cuello del periodista que se atreve a ponerla en un aprieto. Ocurrió en la COPE, cuando el periodista Carmelo Encinas preguntó a Ayuso sobre su gestión sobre las residencias en la pandemia, donde murieron miles de personas sin atención médica. En las redes sociales del entorno de Ayuso ha sido triturado, insultado y vejado cuando solo ejerció su libertad de expresión.
Según la presidenta, Encinas hizo una pregunta maliciosa y mal enfocada, en un alarde de totalitarismo que le dice al periodista qué preguntar y cómo preguntarlo. Según Ayuso, la pregunta no se ajustaba a la realidad porque los mayores no se hubieran salvado por ir a los hospitales, aunque negó un protocolo específico que redujo a borrador. Lamentable su actuación, porque los periodistas tienen derecho a preguntar. No hay preguntas maliciosas, hay respuestas estúpidas.