La soledad de Raquel Sánchez
La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, atraviesa su peor momento político desde que llegó a Madrid. La huelga de transportistas tiene en jaque a varios sectores que empiezan a acumular pérdidas, advierten que van directos a expedientes de regulación de empleo temporales (ERTE) y que algunos se encontrarán con problemas para recuperar la normalidad. La socialista catalana ha sido incapaz de llegar a un acuerdo con los manifestantes, a los que ha enervado al acusarles de ultraderechistas.
En el Ejecutivo tampoco parece que haya hecho muchos amigos. Con el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, las relaciones son malas, sin más. El rumor corre como la pólvora en la capital tras hacerse viral un vídeo del Congreso de los Diputados en el que se ve como el juez y María Jesús Montero aplauden y se dan la mano en un gesto amistoso. Ante la escena, Sánchez extiende su mano para repetir el saludo con Marlaska, que se lo niega.
En la capital se señala que el titular de Interior está muy molesto con la socialista catalana por la acusación que se ha vertido contra su departamento de no estar a la altura y no tomar medidas en la huelga de los transportistas.