Los camaleones cambian el color de la piel para mimetizarse con el entorno, para atacar a sus víctimas o para defenderse de sus depredadores. En política también hay actitudes camaleónicas. La más destacada entre estos especímenes es Pilar Rahola, sin duda. Fue concejal y diputada de ERC y se quedó con las actas cuando se fugó al fracasado Partit per la Independència. Se puso de perfil cuando se supo que su líder, Àngel Colom, visitó el Palau de la Música y Millet le dio un talón para pagar las deudas.
En fuera de juego, se hizo maragallista y se puso a la sombra de TV3 cual predicadora, tarea que sigue haciendo después de su fugaz marcha a 8TV. Tras su maragallismo, se sumó al carro de Artur Mas. Era la más masista de la clase y se autoproclamó biógrafa mayor del reino, porque todavía no había aflorado su sentimiento republicano.
Cuando Mas empezó su declive, la camaleónica Rahola se hizo amiga de Puigdemont. La foto del expresidente de la Generalitat en su casa de Cadaquès tocando la guitarra es ya una parte de la historia de Cataluña. Llegó el exilio y Rahola viajó con asiduidad a Bruselas, para seguir ahí, en la pomada.
Ahora ya toca mudar la piel. Puigdemont sí, pero hay que situarse bien para seguir siendo la “deseada” y la más “desinteresada”. Por eso, este jueves Pilar Rahola presenta un libro. El quinto poder. La República Digital en tus manos, se titula. El autor, Jordi Puigneró, consejero de Políticas Digitales y, según dicen, el elegido de Puigdemont. Por si acaso, algunos ya se ponen a remar con el viento a favor y mudan su piel. Son los camaleones de siempre.