La guerra interna en el PDeCAT está cogiendo tintes surrealistas. Puigdemont y su grupo de fieles están potenciando un manifiesto para doblegar a la ejecutiva del partido en el Consell Nacional, pero esta iniciativa no es la única. El sábado, el consejero de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, acudió a Lledoners. Algunas fuentes le sitúan en compañía de otro conseller en su visita a los políticos presos. La reunión se produjo con Josep Rull, Jordi Turull y Jordi Sànchez. También su objetivo era doblegar a los díscolos del PDeCAT, los que se resisten a ser engullidos por la apisonadora de Puigdemont, pero también para parar los pies al expresidente y evitar que coloque sólo a su grupo de elegidos al frente del partido.
Buch, que siempre se ha mostrado partidario de la opción de Damià Calvet, fue a Lledoners a “parlamentar” con los tres líderes presos para evitar que algunas personas de la órbita de Puigdemont se situaran al frente de la nueva formación, en la formulación que al final se decida. Sobre todo, cuentan fuentes bien informadas, que uno de los objetivos es dejar fuera de responsabilidades a Laura Borràs.
Sin duda, la guerra civil en el seno de los herederos de Convergència todavía deparará nuevos capítulos. El sábado se cerró la escisión del Partit Nacionalista de Catalunya, pero los enfrentamientos internos no apuntan tranquilidad y la ruptura es cada vez más evidente. Por activa, porque algunos se resistan a las órdenes de Puigdemont y adláteres, o por pasiva, porque algunos decidan abandonar la formación. Si recalan, o no, en el PNC, da para otro capítulo.