La inminencia de un acuerdo entre PSOE y ERC sobre la investidura de Pedro Sánchez ha revuelto a los sectores más radicales independentistas que señalan con el dedo acusador a los republicanos. Además de las huestes mediáticas de Carles Puigdemont que arremeten contra ERC en tertulias y todo tipo de programas y los tuiteros más activos como Ramón Cotarelo, se ha puesto en marcha una campaña de presión en toda regla contra los de Oriol Junqueras.
Los CDR convocando acciones frente a la sede de ERC, la CUP llamando a la movilización con su desbordem els carrers y Joan Canadell, el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, pidiendo explicaciones. Endevant, el partido más organizado en el seno de la CUP, clama contra el acuerdo porque “hay que asumir también que con los pactos que garantizan la estabilidad gubernamental es cuando se estanca la situación”, porque “garantizar la estabilidad del Estado español es cerrar la puerta a los anhelos de libertad del pueblo catalán”.
Canadell no se queda atrás y avisa de que “si esto acaba así” --el acuerdo de gobierno con los socialistas-- ERC tendrá que dar explicaciones porque “no veo por ningún sitio el reconocimiento del derecho de autodeterminación de los catalanes, la liberación de los presos políticos, el reconocimiento de su inocencia, y el reconocimiento de la deuda de infraestructuras de 45.000 millones”.