Colas en los controles de seguridad del aeropuerto de El Prat de Barcelona / EFE

Colas en los controles de seguridad del aeropuerto de El Prat de Barcelona / EFE

En voz baja

Las salas VIP del Aeropuerto de Barcelona, saturadas

20 agosto, 2019 15:36

El Aeropuerto de Barcelona tiene las salas VIP saturadas. Los lounges --como se las denomina en inglés-- están impracticables y afrontan innumerables quejas de los usuarios, que no encuentran asiento ni acomodo de forma fácil y tienen que ir a la caza de una vacante cuando alguien se levanta.

Esta situación es una antítesis de lo que debería ser una sala VIP, donde se busca confort y tranquilidad para viajeros frecuentes o que han pagado una tarifa business. La saturación crea colas en las entradas, donde el personal de control de acceso está desbordado y presionado, verificando que los pasajeros tienen derecho a usar el espacio según los criterios de cada aerolínea y gestionando el pago mediante una tarjeta especial llamada PriorityPass, que aun implica más esperas.

El Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat ha renovado y ampliado todas las salas en el ultimo año pero parece que es insuficiente, como tampoco lo son los enchufes y puertos USB que tan demandados son por todos lo viajeros. Hace unos años, las quejas eran muy generalizadas por la comida y la bebida pero a día de hoy esto ya no es un problema y las reposiciones son permanentes. No obstante, se trata de comida muy simple y fría, muy lejos de otros lounges de compañías aéreas como Iberia, British Airways, Emirates y Turkish Airlines.

El Aeropuerto de Barcelona ha apostado por imponer sus propias salas VIP frente a las de las aerolíneas, que sería lo normal en un aeropuerto del tamaño del de Barcelona. La solución de las salas básicas propias es habitual en aeropuertos pequeños, de provincia, donde ninguna compañía genera volumen suficiente como para ofrecer un espacio propio.

¿Por qué ha tomado esta decisión el Aeropuerto de Barcelona? Esta es la pregunta que se hacen los expertos consultados y algunas aerolíneas, como Emirates, que suelen tener una sala propia en la mayoría de las terminales en las que trabaja como parte de su servicio business y de primera clase.

Por si eso no fuera suficiente, el Aeropuerto de Barcelona tampoco tiene salas específicas para los viajeros de primera clase, que se ven obligados a utilizar estas salas básicas abarrotadas de gente pese a pagar billetes a precios astronómicos, precisamente para evitar colas y aglomeraciones.