Puigdemont, el gran trilero
Los trileros tienen la habilidad de guardar la bola bajo el cubilete. Con rapidez y artimañas despistan al bisoño jugador que cae en sus redes. Carles Puigdemont está haciendo una carrera meteórica para convertirse en el gran trilero. Dijo que si ganaba las elecciones autonómicas volvería del exilio. No lo hizo. Para suavizar su mentira, dijo que jamás dejaría su escaño en el Parlament porque su voluntad era la de ser president. Tampoco parece que vaya a cumplir su promesa.
Ahora, el inefable Puigdemont, víctima del Estado opresor que le permite presentarse negando su inhabilitación como candidato como proponían Ciudadanos y Partido Popular, se saca de la chistera su última bolita. Dice que si sale eurodiputado devolverá el acta de diputado en el Parlament para “internacionalizar el conflicto”. Estamos en puertas de una nueva mentira porque Puigdemont no devolverá su escaño en el Parlament dado que no podrá recoger su acta de eurodiputado. O miente ahora, o mintió antes. Decir que no es president por culpa de las decisiones del Estado es otro gazapo para esconder la bolita, porque la decisión de no hacerlo president, le gusté o no, la tomaron los diputados de la Cámara Catalana.