Las razones de la crisis en Bon Preu
Dos hermanos accionistas al 50% de una cadena de distribución de ámbito exclusivo catalán son los que han puesto en peligro el exitoso camino iniciado por el grupo desde hace años. Con una facturación que supera los 1.000 millones de euros anuales, Joan, que actúa como presidente, y Josep Font andan a la greña por el futuro de Bon Preu.
Con demandas cruzadas que deberá resolver pronto un juzgado mercantil, diferencias personales que han acabado con el silencio mutuo entre los hermanos y un nivel de exposición pública insólito en un grupo de esas características, la verdadera crisis interna que ha provocado el interés por disolver la unión familiar tiene que ver con la posición personal de cada uno de los dos hermanos.
Joan Font es el líder de Bon Preu. Sólo vive para la empresa, su desarrollo y crecimiento. Es el independentista de la familia, quien incluso ha animado a sus empleados a participar en actos soberanistas. Se dice que incluso ha contribuido económicamente al movimiento por la república. Es soltero.
Josep Font, en cambio, está casado y tiene hijos. No sólo quiere recibir más dividendo e invertir menos en el desarrollo, sino que no comparte con su hermano las posiciones independentistas vinculadas a la empresa, ya que considera que ponen en riesgo el patrimonio familiar. Es partidario de separar su parte o vender sus acciones, pero no quiere compartir negocio con su familia en las actuales circunstancias.