El Baltasar postizo de Puigdemont
Que dice Carles Puigdemont que se vuelve para Girona, que no será candidato a la presidencia de la Generalitat cuando se celebren, más pronto que tarde, las elecciones catalanas. Como si eso le eximiera de problemas.
Hace dos años, cuando nadie se imaginaba que este dirigente independentista llegaría a representar la máxima institución catalana, Puigdemont provocó un amotinamiento de la oposición municipal del Ayuntamiento de Girona, donde entonces ostentaba el cargo de alcalde. El motivo fue la cabalgata de Reyes, pero no por cuestiones secesionistas tal como ha sucedido en Vic (Barcelona), sino por el hecho de que Baltasar estuviera representado por una persona de raza blanca pintada de negro. O sea, al estilo Al Johnson en la película El cantor de jazz. Abundó en la polémica que la rúa fuera retransmitida ese año por TV3, al parecer con problemas técnicos y exceso de protagonismo de los personajes televisivos.
“Es la tradición”, dijo entonces Puigdemont. Una decisión absurda si se tiene en cuenta que en Girona, hace años que la comunidad gambiana y senegalesa tiene un enorme arraigo. Pero lo cierto es que la "tradición" del negro pintado ha sido heredada por los sucesores de Puigdemont, también de CDC, en la alcaldía.