Coutinho responde al palo de Aspiazu con un pésimo partido
El brasileño volvió a la titularidad para cambiar de rumbo su temporada más gris de azulgrana, pero acabó dando la razón a los mismos que le sientan
10 enero, 2019 23:43Oportunidad única perdida. Philippe Coutinho naufragó, como todo el Barça, en la Ciutat de València frente al Levante en un encuentro en que sus galones --y su precio-- le colocaron todos los focos encima para superar una eliminatoria difícil, pero en la que los hombres de Ernesto Valverde partían como favoritos.
Con Messi y Suárez en casa, Coutinho y Dembelé debían asumir el liderato ofensivo del equipo, pero apenas aparecieron. El buen estado de forma del francés pasó desapercibido frente a los granotas y tan solo en contadas ocasiones deslumbró por la banda. Perdió más balones y desperdició ocasiones claras por sus excesivos recortes que semanas atrás levantaron al Camp Nou de su asiento. El talento del brasileño, por su parte, volvió a quedarse en el vestuario, por enésima vez, y tan solo le salvó su tanto de penalti para recortar distancias de cara a una vuelta en feudo azulgrana que no será fácil.
Sin respuesta de Cou
Un escenario difícil, sin sus mejores socios --el 9 y el 10-- pero de obligado cumplimiento por lo que suponía la eliminatoria en sí y, sobre todo, lo que suponía para su situación personal en el equipo: relegado al banquillo y sobrepasado por Dembelé. Una situación evidente en las últimas jornadas y que Jon Aspiazu, el colaborador más estrecho de Ernesto Valverde en el staff técnico del Barça, reconoció horas previas al choque: "Coutinho no está al nivel de la pasada temporada y Dembelé le ha pasado un poco por encima".
Ousmane Dembelé y Philippe Coutinho celebran un gol del Barça / INSTAGRAM
Un toque de atención público en toda regla que no tuvo el efecto esperado en el carioca. Los azulgranas se vieron sobrepasados en todo momentos por el conjunto de Paco López, de nuevo en un estadio que pese a la manita cosechada en Liga semanas atrás, volvió a ser testigo y escenario de una pesadilla azulgrana más.
Crisis personal
Coutinho no tiene ritmo de juego. El banquillo pasa factura a cualquiera y dejando a un lado la mala alineación de Ernesto Valverde en defensa, con un debutante y dos canteranos, la apuesta ofensiva --valorada en más de 300 millones de euros-- tampoco tuvo efecto. El Txingurri se equivocó con las rotaciones, pero dio un voto de confianza que no fue correspondido. Lo intentó, pero la falta de continuidad, de confianza en sí mismo, de regularidad y de un lugar en el verde fijo han acabado por marear a un jugador que la temporada pasada enamoró al barcelonismo.
Su falta de confianza es evidente. La pide, lo intenta, pero lo que hace meses entraba, hoy acaba en la grada. Tampoco ayuda su falta de compromiso defensivo, ni la falta de acompañantes de su nivel. Los más radiales piden su venta. Coutinho tiene una crisis personal evidente, pero los grandes siempre emergen. Le toca porque su regreso es fundamental para conquistar los objetivos.
No está, pero se le espera.