“Una puta mierda”, la bronca de Peñarroya que retrata su delicado momento en el Barça de basket: ansiedad y un jugador señalado

La tensión marca el día a día de un Barça de basket que no termina de arrancar en la Liga ACB. El exigente calendario de la Euroliga ha motivado que el equipo azulgrana haya dejado más de lado la competición doméstica. En el ámbito nacional, los pupilos de Joan Peñarroya han cosechado dos victorias y tres derrotas. Después de encadenar tres victorias oficiales, el cuadro catalán dio un nuevo paso atrás en el Palau Blaugrana, a remolque del UCAM Murcia (78-81).

En instantes de altas pulsaciones, el técnico catalán explotó contra sus jugadores en un tiempo muerto desvelado por la propia ACB en sus redes sociales. Después de cada jornada, la competición recopila los mejores momentos de las pausas tácticas en el banquillo. El conjunto barcelonista había iniciado el enésimo primer cuarto para el olvido con la clásica pájara (16-34), y un jugador señalado se llevó la peor parte por las lagunas defensivas.

"No me digas nada"

"Ni jugaste 30 ni jugaste 30 el otro día como para que las primeras situaciones de energía sean una puta mierda. ¡Una puta mierda!", inició Peñarroya su discurso iracundo, contra un crack del vestuario que las cámaras no enfocan.

Sí que se desveló en las imágenes el destinatario de otra bronca del míster, ante las concesiones en el perímetro. El equipo visitante encestó cuatro triples de siete intentos en el primer cuarto, mientras que el Barça, solo uno de cuatro lanzados. El equipo barcelonista tiró de orgullo ante la afición culé para recortar las diferencias en los tres siguientes períodos, pero se quedó a cuatro puntos de firmar la gesta (78-81).

"Primera a un tirador, recortamos, para que entre en confianza, ya lleva dos putos triples. Venga, na, na, na, la primera retallen, no em diguis res (recortan, no me digas nada)", reprochó el estratega de Terrassa a Joel Parra. El alero curtido en el Joventut intentó excusar "estaba de 'last'", pero a Peñarroya no le valía ninguna excusa: "No me digas nada, no me digas nada".