
El presidente del Barça, Joan Laporta, y el vicepresidente deportivo, Rafa Yuste, durante el Inter-Barça EFE
El Barça de basket, un foco de tensión permanente para Laporta como presidente
La crisis de la sección se agrava tras dos años sin títulos y la marcha de jugadores importantes como Parker y Anderson
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El Barça va bien. Eso, al menos, asegura su presidente, Joan Laporta, cuando habla del equipo de fútbol. Otra cosa es la sección de baloncesto, deficitaria y con unos resultados desastrosos. El plan renove iniciado por el máximo dirigente hace dos años ha sido un fiasco total y el próximo ejercicio arranca con muchos problemas, con la marcha de Jabari Parker, un ala-pívot del que presumía Laporta en verano de 2023.
Laporta siempre ha sido muy futbolero. De pequeño quiso imitar a Johan Cruyff. Tenía talento, pero no tanto para ser profesional y mucho menos para jugar en el Barça. Las secciones nunca fueron una preocupación para él. Como presidente nunca ha destinado grandes recursos para construir un equipo campeón y algunos despidos, muchos por motivos económicos, pasaron factura.
Pesic y Jasikevicius
En 2003, Laporta heredó un Barça que había ganado la Liga, la Copa del Rey y la Euroliga. Un año después, el presidente fulminó a Svetislav Pesic y a Sarunas Jasikevicius. Construyó un nuevo proyecto, pero se equivocó con la contratación de Dusko Ivanovic como entrenador. La solución llegó con Joan Creus como director deportivo y Xavi Pascual como técnico.

Jasikevicius da indicaciones a sus jugadores contra el Barça de basket EFE

Nikola Mirotic comanda una jugada en el partido contra el Barça de basket ARMANI MILAN
En 2010, poco antes de finiquitar su primer ciclo como presidente del Barça, el equipo de baloncesto ganó la Euroliga en París. Fue el momento de mayor gloria de Laporta en el Palau Blaugrana.
Tres marchas sonadas
Laporta regresó al Barça 11 años después. A un Barça en crisis. El equipo de fútbol era una ruina. Mucho mejor funcionaba el baloncesto. En 2023, el equipo de Sarunas Jasikevicius destrozó al Real Madrid en la final de la Liga ACB, pero Laporta prescindió de un plumazo del técnico, de Cory Higgins y de Nicola Mirotic.

Willy Hernangómez lanza a canasta en el Barça de basket-Unicaja FCB
Laporta despidió al mejor jugador de Europa y, posiblemente, al mejor técnico por motivos económicos. Sorprendentemente, fichó a Joel Parra y Darío Brizuela tras abonar sus cláusulas de rescisión. También fichó a Jabari Parker y a Willy Hernangómez, a quien le ofreció 12,5 millones de euros por tres años de contrato.
Fichaje nada ilusionante
El Barça, hoy, está tocado y, casi, hundido. En los dos últimos años no ha ganado nada. Recientemente anunció su marcha Justin Anderson, sustituido por un jugador de medio pelo como Myles Cale, sin experiencia en la élite. Más sorprendente es la salida de Parker, con contrato hasta 2026, tras aceptar una oferta del Partizan, que le pagará cinco millones de euros por dos años.

Myles Cale, fichaje del Barça de basket para la temporada 2025-26 REDES
Juan Carlos Navarro, manager general, está con la soga al cuello. No tiene margen de error, pero tampoco dinero para construir un nuevo proyecto con jugadores ilusionantes. La única incorporación que seduce es la de Tornike Shengelia, pero no se esperan más refuerzos de nivel en un Barça con muchas urgencias.
La Champions de 2026
Laporta sacrifica el baloncesto y pone todos los huevos en la cesta del fútbol. Le queda un año más como presidente y su gran obsesión pasa por ganar la Champions de 2026. Sería la tercera del Barça con él como máximo dirigente.

Juan Carlos Navarro FCB
Este verano, el Barça de fútbol ya ha fichado a Joan García, tras abonar su cláusula de rescisión, y espera cerrar pronto la contratación de Nico Williams por unos 63 millones de euros. Dentro de un año, buscará un golpe de efecto con una operación sonada. Posiblemente, Julián Álvarez.
El otro gran reclamo electoral de Laporta en 2026 será el nuevo Camp Nou, que tendrá una capacidad máxima para 104.600 espectadores. Será un estadio de cinco estrellas, con 9.400 asientos VIP. El futuro Palau Blaugrana, en cambio, sigue sin financiación ni proyecto. Es la otra cara de un club que asegura tener buena salud, con éxitos en el equipo de fútbol y mucho desencanto en las secciones, una pesadilla habitual para Laporta.