El Barça de basket necesita una victoria terapéutica. También, el Real Madrid. El clásico de este jueves en el Palau Blaugrana examinará a dos equipos con urgencias, en construcción y con unos números peores que los habituales. Joan Peñarroya, técnico barcelonista, ya cuenta con Raulzinho Neto, el sustituto de Nico Laprovittola, pero sabe que la clave del duelo puede estar bajo los aros.
El pasado verano fue movido en el Palau. Juan Carlos Navarro, manager general, no pudo renovar a Ricky Rubio. Después, prescindió de Rokas Jokubaitis, Oriol Paulí, Nikola Kalinic, Oscar da Silva y Jame Nnaji, y fichó a Juan Núñez, Kevin Punter, Justin Anderson, Chimezie Metu y Youssoupha Fall.
Bajas importantes
El Real Madrid también tuvo que afrontar bajas importantes como las de Sergio Rodríguez, Rudy Fernández, Vincent Poirier y Yabusele, jugadores con mucha experiencia y contundentes.
Los cambios han sentado mejor en el Barça que en el Real Madrid. O eso parece. El equipo azulgrana es más fuerte bajo los aros, mientras que el eterno rival se ha debilitado. En la Euroliga, el Barça ha ganado siete partidos, dos más que el conjunto madridista.
Edy Tavares sigue siendo la gran referencia del Real Madrid, pero el Barça contrató a Fall, un pívot francés de 2.21 metros, para frenar al gigante de Cabo Verde, el jugador más determinante de a Liga ACB y de la Euroliga.
Antiguos madridistas
El Barça necesita más de algunos jugadores clave, como Tomas Satoransky y Willy Hernangómez. También debería ser más constante Darío Brizuela, mientras que en Madrid esperan una mejor versión de Ibaka.
El Barça, hoy, corre más que hace uno y dos años. El Real Madrid ha cambiado muchas piezas, pero su filosofía es la misma. El partido, además, tendrá mucho morbo para Núñez y Hernangómez, formados en las categorías inferiores del club blanco y hoy ídolos de un Palau Blaugrana con sed de triunfo. L