El Barça, sin prisas pero sin pausa, busca un base para sustituir a Nico Laprovittola. Juan Carlos Navarro y Mario Bruno Fernández, máximos ejecutivos de la sección de basket, sondean el mercado, pero no disponen de mucho dinero para reforzar la plantilla. Asumen que no llegará un crack y contemplan la opción de repescar a Rafael Villar, base formado en las categorías inferiores del club.
Villar es un base de 20 años que el pasado verano se desvinculó del Barça. Ahora milita en el Lleida. En los cuatro partidos de la Liga Endesa disputados, el jugador barcelonés promedia 18 minutos, 7,8 puntos, 1,3 rebotes, 2,5 asistencias y un 8,8 de valoración. Él estaría encantado de fichar por el equipo azulgrana, pero el Barcelona debería negociar con su club.
El club, condicionado
El gran problema del Barça, que ya tiene dos jugadores extracomunitarios, es su delicada situación económica. El pasado sábado, Laporta presumió que la sección de baloncesto había cerrado el curso pasado con pérdidas de 10 millones de euros tras rescindir los contratos de Mirotic y Higgins. Habitualmente, las pérdidas rondaban los 20 millones y el presidente ya ha dado luz verde a una nueva incorporación, pero no quiere que se dispare el presupuesto.
Navarro y Mario Bruno buscan un base que se complemente con Tomas Satoransky y Juan Núñez. El jugador que más gusta a los máximos ejecutivos de la sección es Trae Bell-Haynes, un director de juego canadiense con pasaporte jamaicano que promedia 18 puntos y 5,3 asistencias por partido en el Casademont Zaragoza. En el Barça también valoran su porcentaje del 54% en tiros libres y su edad: 29 años.
El plan B
Navarro también tiene buenos informes de Sylvain Francisco, el actual base del Zalgiris. En la primera jornada de la Euroliga, el jugador francés lideró la victoria de su equipo contra el Barça al anotar 19 puntos. Conoce perfectamente la Liga ACB tras jugar en el Manresa.
Villar es un base con mucho talento y buena mano. También tiene una buena actitud en defensa y su contratación sería mucho más económicas que las de Trae Bell-Haynes y Sylvain Francisco, dos jugadores mucho más contrastados.