Enric Masip era el corazón del Dream Team. Así se titula el libro que Mario Ruiz escribió sobre el mito de la sección de balonmano. Jugador con mucho carácter, amigo de sus amigos y que nunca se calla sus discrepancias, el excapitán del Barça recibió el regalo más emotivo tras los Juegos Olímpicos de Atlanta, en 1996.
La selección española ganó la medalla de bronce, un éxito que supuso un punto de inflexión en el balonmano nacional. Con Juan de Dios Román como seleccionador, la Roja superó a Francia por 27-25 en el último partido.
Garralda y Urdangarin
España, hasta entonces una selección de segunda fila, iniciaba su ascenso a la gloria. Con jugadores como Garralda y Urdangarín, dos laterales con una zurda tremenda. Ambos compartían la misma posición, pero poco más. Entre ellos, la relación nunca fue buena. Tampoco entre Urdangarin y Barrufet con Masip.
Masip y Garralda, en cambio, siempre conectaron bien. En el Barça y en la selección española. El lateral navarro estaba en un gran momento de forma en Atalanta. Masip, en cambio, fue baja por sanción.
Asesor de Laporta
Garralda prometió a Masip que le regalaría la mitad de su medalla si España subía al podio en Atlanta. Y el jugador navarro, muy impulsivo, cumplió. Cortó la medalla en dos partes y entregó una parte a Masip.
Hoy, Masip es uno de los asesores de Laporta y miembro de la comisión deportiva del club. El excapitán del Barça siempre sale en defensa del presidente y cerró su cuenta de Twitter tras unos comentarios en los que cuestionaba la seguridad de Barcelona.
Garralda jugó en el Barça hasta 1999. Se marchó dolido con Valero Rivera, su entrenador, pero su amistad con Masip continuó intacta y ambos compartieron muchas vivencias, posteriormanete, con la selección española.