El Barça de Roger Grimau se complica la existencia. La ACB es la única bala que le queda a la sección azulgrana para ganar un título en la temporada 2023-24, pero la respuesta del equipo ante el Real Madrid fue decepcionante. Los merengues, a pesar de jugar con la resaca de la humillación sufrida en la Euroliga a manos del Panathinaikos, consiguieron aplastar (97-78) al cuadro culé en el primer partido de las semifinales.
La imagen del Barça de basket en Wizink fue lamentable. Solo en el segundo cuarto lograron igualar la intensidad física del cuadro dirigido por Chus Mateo. Ni en la pintura frenaron a Edy Tavares (18 puntos) ni tampoco tuvieron efectividad desde la línea de triples (solo 4 de 22). Una combinación letal que ha provocado que los de Grimau comiencen la eliminatoria con un duro golpe.
El Barça se queda a medias
El Real Madrid hizo mucho daño en la pintura. Tavares fue un enorme dolor de cabeza para el equipo azulgrana, lo que permitió al cuadro merengue dominar en el marcador desde los primeros minutos. Esa poca intensidad física del Barça de basket le penalizó en el comienzo del compromiso, especialmente por la poca presión y competitividad defensiva.
La respuesta del cuadro de Roger Grimau fue positiva en una parte del segundo cuarto. Los culés compitieron mejor en la pintura y obligaron a los merengues a forzar los tiros desde larga distancia. Óscar Da Silva y Ricky Rubio lideraron la reacción parcial del Barça, que fue liderar en el marcador por unos pocos minutos (30-31), debido a los puntos anotados por Yabusele que devolvieron la ventaja a los suyos.
El Barça, hundido
Los buenos minutos del segundo cuarto del Barça de basket fueron un espejismo por lo exhibido tras el descanso. El equipo se hundió por completo, lo que dio a pie a que Grimau pidiera tiempo muerto (51-38) ante la amenaza de que el partido se rompiera de forma definitiva. Hubo un ligero amago de reaccionar antes del último cuarto con un triple de Joel Parra que recortó nuevamente la diferencia (64-51), pero las acciones de Tavares evitaron la sangría para los merengues.
El último asalto resultó ser una decepción absoluta. Sergio Llull se encargó de aniquilar las aspiraciones del Barça con tres triples consecutivos que aumentaron una ventaja que ya parecía imposible de revertir. La fiesta merengue siguió creciendo con los puntos de un Yabusele que también fue clave en el encuentro. De esa forma se consumó la derrota para los azulgranas, que tienen solo dos días antes del siguiente enfrentamiento de cara a levantarse anímicamente.