El FC Barcelona volvió a firmar un nuevo ridículo en Euroliga. Cuando se avecina el momento más importante de la temporada, el equipo de Roger Grimau va cuesta abajo. Ha demostrado ser un conjunto capaz de lo mejor y lo peor. Se bloquea fácilmente en medio de los partidos. Este viernes el ejemplo no pudo ser más claro. El Barça de basket llegó a ganar de 16 a Panathinaikos. El partido estaba siendo perfecto hasta que se acabaron las ideas. Perdieron de ocho puntos (89-81).
Y la frustración es más que palpable en los jugadores. El Barça esperaba finalizar con estos bloqueos mentales y falta de ideas con la llegada de un nuevo líder: Ricky Rubio. Pero ni con la llegada del crack se ha arreglado los problemas del equipo. Tampoco los que no dependen del mismo entrenados y sus pupilos. Los jugadores están muy cabreados con el arbitraje.
Abrines explota
El Barça lleva algunas semanas recibiendo un arbitraje calamitoso. Después de la dura derrota en Grecia, el encargado de atender a los medios fue el alero mallorquín, Álex Abrines, que no dudo en evidenciar el mosqueo de su equipo por este tema: "No nos respetan. Nos inflan a hostias y nos castigan a nosotros. No nos tienen respeto, ni a Ricky Rubio. Ni una falta, a ellos en cambio la primera la pitan".
"No quiero pensar que haya una campaña contra el Barça. Estamos hartos. Es injusto. No puede ser que cometan tantos errores y sigan pitando. En el fútbol te suspenden un par de semanas. Ya canta un poco", sentenció Abrines al término del partido, muy frustrado por el resultado y la actuación arbitral.
Mirotic salva al Barça
Se avecinan días intensos en el Barça de basket. El equipo está en riesgo de perder el factor cancha de cara a los próximos play offs. Podía haber caído a la cuarta plaza de la clasificación de la Euroliga tras la derrota contra el Panathinaikos, pero, finalmente, Mirotic le hizo un gran favor a su exequipo.
Olimpia Milano ganó a Mónaco y el Barça ha logrado quedarse en la tercera posición. Las últimas jornadas de Euroliga serán absolutamente decisivas, y el equipo de Roger Grimau debe encontrar su rumbo de nuevo.