El Barça vive tiempos difíciles. Más allá de las dos derrotas del primer equipo de fútbol contra el Real Madrid y el Athletic en la Supercopa y la Copa del Rey, el club que preside Joan Laporta está bajo mínimos, con una deuda superior a los 1.200 millones de euros y la masa salarial excedida. Xavi se ha quedado sin el deseado mediocentro en el mercado de invierno y en el Palau también lloran por la política de contención del club. Roger Grimau también esperaba algún regalito.
Vitor Roque ha sido la única incorporación del Barça en el mercado de invierno. El delantero brasileño, cuyo fichaje fue acordado en verano, ha sido inscrito como sustituto de Gavi, lesionado de gravedad. El problema es que Xavi tenía otras prioridades.
El fichaje de Romeu
El entrenador del Barça quería un mediocentro de rendimiento inmediato. En verano dio luz verde a la incorporación de Oriol Romeu, pero el exjugador del Girona ha ido de más a menos. A Romeu le han penalizado errores muy importantes y no tiene la confianza de Xavi.
Hace un año, Xavi ya avisó de que el Barça tendría problemas para encontrar un sustituto para Sergio Busquets. Sus prioridades eran Martín Zubimendi y Joshua Kimmich, descartados por su alto precio. El club tampoco pudo fichar a Brozovic. Dentro de unos meses, volverá a la carga.
Los despidos del Palau
En verano de 2023, el Barça solo invirtió 3,4 millones de euros en el fichaje de Oriol Romeu, mientras que prescindió de Nikola Mirotic, Cory Higgins y Sarunas Jasikevicius en la sección de baloncesto. Entre los tres cobraban 18 millones de euros y Laporta rescindió unilateralmente sus contratos.
El Barça fichó a Joel Parra, Darío Brizuela, Willy Hernangómez y Jabari Parker. El club también tenía previsto fichar a Kevin Punter, pero el escolta estadounidense renovó finalmente su contrato con el Partizán.
Grimau esperaba un escolta tirador a principios de año. O un ala-pívot muy intenso en defensa. De momento deberá seguir con la misma plantilla. Los cambios llegarán en verano. Ahora no hay dinero para fichar.