El Barça de basket está a años luz del Real Madrid. Las salidas de Jasikevicius, Higgins y, sobre todo, Mirotic han debilitado mucho al equipo. La gestión de Roger Grimau suscita muchas dudas, sobre todo por no saber encajar a Willy Hernangómez, el fichaje estrella del pasado verano.
Jugador formado en las categorias inferiores del Real Madrid y con una gran experiencia en la NBA (New York Kinciks, Charlotte Hornets y New Orleans Pelicans), el fichaje de Hernangómez ilusionó al barcelonismo, necesitado de un líder tras el despido Mirotic.
El Barça le ofreció un sueldo de 12,5 millones de euros a Hernangómez por tres temporadas, convencido de que había encontrado a un pívot que sería dominante en Europa.
La petición de Grimau
Willy, sin embargo, no tuvo una adaptación fácil al Barça. Grimau le pide más intensidad en defensa y entre ambos no hay buena sintonía. En ataque, el pívot madrileño sí es un jugador determinante.
Las estadísticas de Willy no son malas. En la ACB, por ejemplo, promedia 12,8 puntos y 6,3 rebotes por partido, con un 15,8 de valoración. Curiosamente, participa en 18:40 minutos por encuentro.
El balance del equipo
Con Hernangómez y Vesely en buena forma, el Barça debería ser un equipo muy difícil de superar bajo los aros. La realidad, sin embargo, no es tan idílica y el grupo azulgrana ya suma 13 derrotas: una en la Superliga, seis en la Liga ACB y otras seis en la Euroliga.
Laporta, de momento, sigue sin mover ficha. Hace dos semanas estaba encantado con Grimau, pero su proyecto se tambalea. Hernangómez, mientras, espera elevar su rendimiento y sueña con jugar algún día con su hermano, Juancho. Y si puede ser en el Barça, mejor.